El olvido
Poco después, fijé mi mirada al recinto, hice un barrido de trescientos sesenta grados y noté un altar adornado con velas, un cristo en crucifixión, dos vasos de agua a la mitad y muy pocas flores.
(Zapayán, Magdalena, Colombia. 1991). Licenciado en Ciencias Sociales de la Universidad del Atlantico. Le gusta escribir relato, porque considera que en cada persona o lugar, existen historias únicas y fascinantes que deben ser contadas al mundo.
Poco después, fijé mi mirada al recinto, hice un barrido de trescientos sesenta grados y noté un altar adornado con velas, un cristo en crucifixión, dos vasos de agua a la mitad y muy pocas flores.
La mesa de Dominó es el centro de atención y objetivo final de la gran mayoría de vecinos que se acercan a presenciar, sin dejar de ser partícipes de la actividad social, es toda una obra de arte la que se configura entorno a ella.
En una de sus habituales caminatas lo encontré la tarde de un lunes. Afanado como siempre. Miré fijamente su cara vieja y arrugada resultado del trabajo duro y el correr de los años. Estreché su mano con gran firmeza y cariño.