Soledad
Los suicidas no dejaron entre letras sus trémulos suspiros,
La cerveza no embriagó a nadie aquella noche,
El alma no vibró en el vacío del cuerpo.
La vida partió en el último autobús,
Su silbato no fue escuchado,
Sus ruedas marcaron el barro,
La belleza y la juventud abandonaron todos los rincones,
Se quebraron los espejos,
no había quién se mirara en ellos.
El rumbo del autobús no se conoció jamás,
Ninguna necrópolis conservó el cadáver de lo que fue mi vida.
El silbido del viento resonó en vano,
Las expresiones eran de mimos frustrados,
Los gestos eran inentendibles y los ojos estaban ciegos,
Sin vendas de seda.
El autobús regresó solo, y mudo,
La primavera no fue en honor a su llegada,
flores desprendidas de las ramas,
Adornaron la coraza de ese autobús sin conductor.
Yennilyn, no tengo palabras para expresar las emociones que me has hecho sentir al leerte, solo, ¡gracias por tu poesía!
Gracias a tí por tus palabras. Me place leerlas.
Es muy satisfactorio leerte, ojalá todos puedan disfrutar de tu gran talento.