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SÓLO CINCO MINUTOS

Leonardo Petro

 

A VECES EL DESTINO JUEGA SUS CARTAS

Porte distinguido y mirada enigmática.

Un vestido negro ceñido resalta su elegancia y misterio,

cada movimiento como danza,

cautiva con su encanto único.

En su mano derecha sostiene con delicadeza

una copa de Martini,

Dry Martini, el elixir de los dioses.

El cristal reluciente refleja la luz tenue del lugar,

sus labios pintados de rojo intenso,

destellos iluminan su rostro angelical.

Mis ojos rozan su piel con sutileza,

sus labios tocan suavemente la copa.

Cuando nota mi presencia

recorre con misterio mi mundo,

su sonrisa es un encanto irresistible.

Tiemblo,

no soy capaz de sostener su mirada.

Presumo,

es una mujer de palabras afiladas.

Recordé que no hay garantía de un mañana.

Nada es real excepto el azar

y a veces el destino juega sus cartas.

No recuerdo cual fue la carnada

pero también tiré mi carta.

Cuando cruzamos las primeras palabras

tuve la sensación que habíamos empezado a hacer el amor.

A veces, no hay próxima vez.

Ella se dejó ganar,

y yo le seguí el juego.

 

 

MELODÍAS DE MADRID

Por fin estoy en la Gran Vía:

la calle de nosotros, de nadie, de cualquiera.

El bullicio y la magia se entrelazan;

la desesperación y la alegría,

las orquídeas y la esperanza,

la angustia y los cerezos.

El frío invade mi alma. La tardanza.

El Sol acaricia mis mejillas,

este frío es sólo mío.

Busco un cuadro fresco entre réplicas de ángeles;

camino con pasos ligeros buscando la Mandrágora:

músicos callejeros, adoquines antiguos,

historia de historias.

Veo la Puerta del Sol,

el aroma del café y las tapas invaden el aire,

las lilas y las rosas,

las manzanas y las peras;

muchas esculturas de mármol y aún no la veo.

Manos entrelazadas,

terrazas llenas de risa,

plazas olvidadas,

la vida hablando en cada esquina.

El Parque del Capricho.

La Cascada del Retiro,

me pierdo en un callejón estrecho

buscando su nombre en las fachadas.

 La Posada del Necio.

La Cava Baja.

Santelmo sin ti,

creo que estoy cerca:

sus ojos me gritan desde lejos.

Beso eterno que parece prohibido,

leo en voz alta todo lo que veo, como estrategia para recuperar la calma:

Martini de frambuesa,

Porción de amor,

Toronja con vodka,

Mojito de sandía.

Son las campanas de las seis:

por fin llegamos a la Mandrágora los desterrados hijos de Eva.

Lo digo con las manos temblando y aún, con el corazón en la boca.

 

 

SÓLO CINCO MINUTOS

¿Para qué el mundo?

Por lo pronto me interesa tu mano.

¿Para qué un Rolex o un Patek Philippe?

Si el tiempo se me detiene a tu lado.

No te pido que me llames

o me escribas cada dos horas o todos los días.

Me interesan esos cinco minutos de tu tiempo,

sólo esos cinco minutos que te quedan de sobra.

No te pido eternidad,

ni que me tomes de la mano,

me conformo que cuando estés, me mires a los ojos

 y sonrías y que esos cinco minutos sean eternos.

No te pido un amor para toda la vida,

ni cuentos de hadas,

ni conocer tu familia,

ni entrar en tu casa

 ni conocer tus amigos.

Me interesa un poco tu piel

 y un poco más tu corazón y un poco más tu alma.

Repito no me prometas amor para toda la vida,

 ni una vida de amor,

porque con tu silencio y una sonrisa…me cierras todas las fisuras.

 

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1 comentario en «Sólo cinco minutos»

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