Nostalgia anticipada de tu ausencia
Tu partida dejó un espacio, al principio parecía insondable, una grieta en mi mundo, una herida que tenía mucho antes de la herida. Poco a poco la herida se convirtió en cicatriz, en olvido…
(Cereté, Córdoba, Colombia). Abogado. Estudios en Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (Michoacán, México). Maestría en Derecho Procesal Constitucional en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (Argentina). Admitido en el Doctorado en Derecho de la Universidad Nacional de Mar del Plata (Argentina). Ha tomado cursos sobre Literatura, Pintura y Teatro; ha sido partícipe de talleres literarios y centros poéticos de México, Argentina, Estados Unidos, Italia y España.
Tu partida dejó un espacio, al principio parecía insondable, una grieta en mi mundo, una herida que tenía mucho antes de la herida. Poco a poco la herida se convirtió en cicatriz, en olvido…
No te pido eternidad, ni que me tomes de la mano, me conformo que cuando estés, me mires a los ojos y sonrías y que esos cinco minutos sean eternos.
Los ojos se despiden con la promesa del próximo puente, nos marchamos lentamente. Tranquilo que en cada despedida también hay esperanza,
la esperanza de la distancia, me susurra al oido el fantasma que con tu nombre me persigue.
Hay trenes que no van a ninguna parte, pero en ellos es posible encontrar el verdadero camino, almas, miradas que dicen todo,
conexiones que trascienden al tiempo, a los idiomas, y al espacio.
Tengo recuerdos de golosinas los panes de chana los cuentos de miedo de mí Tío Denisse la violina en el balcón Recuerdo la navidad en que el niño Dios no llegó la prima que me enamoró y se fue el día que conocí el mar y también me enamoré…
Te marchas y me quedo suspendido en lo arrancado me sacas del laberinto y tiras al abismo la imagen borrosa del espejo me ignora con dureza me buscas y entonces la alegría por un instante se detiene en mi puerta y mí balcón…
Hablo de un recital en la Mandrágora
de un verano en Praga, de esquiar en Bariloche, de que eres la erección canónica del pecado, la fisura de la eternidad el exilio y el retorno.
¿Qué hago contigo después de la miel? Después de la vida y de la muerte. ¿Qué hago contigo después del Norte y del Sur, del Oriente y Occidente?
Da tristeza ver miradas ocultas tras imágenes mitológicas, cuando hay tantos senos descubiertos. Es triste no poder inspirar un buen recuerdo, ni un mal adiós y que tu vida termine en un poema de tinta entrecortada…
creer que permaneceremos inagotables uno al lado del otro no es una tregua no hay nada seguro ni promesas lo de ahora se sostiene con vino…