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MUNDOLOR

Laureano Huayquilaf

 

Dicen que se largó la tormenta

detrás de la cortina de los ojos;

moja despacito

y acaricia tu boca.

Las distintas miradas,

envueltas en aguas,

se bañan como sauna.

Dicen que llegó la hora

de lluvias arremangadas:

lagrimales de luna llena

eclipsan las formas

de la distancia.

Musita la idea:

los cuerpos mojados

en la tormenta

detrás de los ojos

se dicen tantas cosas

estos días,

donde lo cotidiano

se agarra del viento

que se lleva todo,

envuelto de cantares y tonadas.

Pero dicen que llueve

por alguna de las partes,

más allá de lo imaginado.

 

 

Y vamos caminando,

la voz de un pueblo;

nos contagiamos en el grito

desde la primera mañana.

Marchamos con la mirada intensa,

todas las lluvias del mundo,

pulso instantáneo de la vida clara.

Las humedades donde habito

me besan una lágrima;

la pasión donde nos mojamos

y andamos a piel,

como las flores y el río.

La sangre caliente desgarra

los silencios en que te miro;

la vieja costumbre

de sueños arremangados.

La meseta interviene

nuestras intemperies.

 

 

Vuelve la distancia

entre las realidades;

por momentos aparece

una sonrisa olvidada.

Insiste en el aire

la idea de mañana.

Se describe una frase

dibujada en el universo:

tu rostro,

semillas de piedra y agua,

sonrisa que habitabas

las infancias,

los espacios,

nuestras almas,

el amor.

Cuando miramos

lo que hacemos,

se reconstruyen los espejos;

la paciencia del fuego

para que vuelva

cada costumbre.

 

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1 comentario en «Mundolor»

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