La furia del viento
El viento arrecia, ahora es la puerta la que intenta con todas sus fuerzas contener la furia del aire que la sacude con rabia. Cierro los ojos, tomo un sorbo de café, y me asalta una duda.
El viento arrecia, ahora es la puerta la que intenta con todas sus fuerzas contener la furia del aire que la sacude con rabia. Cierro los ojos, tomo un sorbo de café, y me asalta una duda.
Los minutos pasaban y se percibía la tensión. «Son las cinco horas con treinta y cinco minutos», expresaba el locutor de Radio Maracaibo…
Al llegar Adán, Eva le contó toda la verdad. El primer hombre sufrió en silencio. Quiso dejarla; no había otra.
Así inicia mi conversación con una dama de negra cabellera en otros tiempos y que el paso del otoño ha decidido intercalar con hilos de plata…
Adoraba el mar, sentarse en la arena y contemplar el atardecer, porque decía que ahí era en donde vivía su Padre Dios…
Todo lo dicho y por decir,
todo lo oculto e inenarrable, va, viene. Nada perdura, un suspiro, un instante, un beso; pero la palabra salida del alma, se queda, se graba.
Estas embarcaciones se convirtieron en los primeros espolones encargados de recuperar el terreno de la antigua calle de la Platería,
De pronto me encontré con un personaje macondiano, es de recordar que Gabo, Gabriel García Márquez, sacó mucho de su inspiración de La Guajira.