Pintura al óleo
Como retrato continuo de Nariño en la obra de Córdoba,así quedará marcado el rastro de tus manos, en mi alma rota.
Soy una legítima heredera del realismo mágico. Estoy comprometida con la ficción y el helado de limón granizado. Me considero la lluvia que inspira un verso, un café amargo por la mañana y una hoguera en el infierno, por esto, escribir endulza los puntos finales y me ofrece silencio en la tormenta.
Como retrato continuo de Nariño en la obra de Córdoba,así quedará marcado el rastro de tus manos, en mi alma rota.
Anhelo alimentar mis demencias. En tu cuerpo como trinchera, anhelo reposar mis penas.
¿Cuántos huesos sin nombre se acumulan en la Casa de Gobierno? ¿Cuándo condenaremos a los culpables de este averno? ¿Cuántos tenemos presas las ideas? ¿Cuándo romperemos las cadenas?
Ocho miradas que gritan. Ocho almas que agonizan. Ocho cuerpos que no respiran. Ocho rostros que se inmortalizan.
No me atrapó tu cintura, fue la curva de tu sonrisa. No me eligió tu corazón, fue tu necesidad de dominación.
Las costumbres de los pueblos siempre serán el caldo de cultivo para un buen escrito.