Adiós, amor.
Te veré en mi próxima vida, porque el murmullo de tu voz agita una rencorosa marea.
Te veré en mi próxima vida, porque navega en el olvido, la brújula que me conduce a tus brazos.
Te veré en mi próxima vida, porque de tu empujón, me surgieron alas.
Adiós, amor.
No me atrapó tu cintura, fue la curva de tu sonrisa.
No me eligió tu corazón, fue tu necesidad de dominación.
No me atrapó tu desnudez, fue mi falta de experiencia.
Adiós, amor.
Te veré en mi próxima vida, porque en esta todavía sangra la herida de tu traición.
Te veré en mi próxima vida, porque en esta ya no somos dos.
Te veré en mi próxima vida, porque en esta soy analfabeta de tu mirada.
Adiós, amor.
No estoy desapareciendo de tu vida, me estoy encontrando con la mía.
No es agua de nube lo que cae sobre tus sueños, son mis lágrimas despidiéndose de ellos.
No estoy sola, me acompaña tu fantasma.
Taty, siempre es un placer leerte. Te mueves con soltura en ese mundo que solo pocos dominan, el de las letras.
Yede, el placer es mio por compartir contigo estos espacios. Gracias por el apoyo.
Una despedida poco comun, Tatiana. Se desliza un lenguaje novedoso y agradable. Felicitaciones.
Gracias por la profundidad y sinceridad de sus palabras, Roberto.
Que lindo escrito, me llego al alma. Felicitaciones
Abrazo de oso.
Muy buen poema. Acudimos a la finura de tus versos
Muchas gracias por tus palabras, compañero de ruta. Recibe un afectivo abrazo de mi parte. Saludos.
Te felicito . Es la 1a vez que te leo pero tocaste una fibra de mi alma . Exitos