Desperté a la vida llorando por pena ninguna y después de un rosario de penas, me iré sonriendo.
Por mis mejillas regordetas pasaron mil besos y caricias de aprobación. Es una niña bella, dijeron; y hoy, mis kilos de más molestan.
A mis cuatro años cantaba canciones, a mis cinco enseñaba a mi hermano sus primeros pasos. Quería un tren. ¡Cómo lo deseaba! Pero era juguete de niño, mejor una máquina de coser, o pavas.
Quise ser escritora, ir a la guerra y contar historias bajo el zumbido de las balas y me quedé cambiando pañales, enseñando a leer y a manejar la cuchara.
Amé… Amé mucho y no me amaron. No recuerdo un solo abrazo sincero, ni un suspiro ni un beso apasionado, solo trámites escritos y formularios repletos de condiciones con letras chicas que no supe leer.
El alba es a la siesta como la noche, un silencio negro, al que no temo.
Los colores de la aurora austral son mi fuego en este terreno gélido donde hui y ni yo me encuentro.
Tengo la vida desordenada por colores, por alfabeto, por categorías, por desgano, por convicciones y por sueños.
Clasificados por desorden están: mis deseos, mis pecados, mis oportunidades perdidas y mis desvelos.
En el cajón del medio hay: llaves que no abrieron puerta alguna, barajas sin ases, tornillos sin rosca, lápices sin punta y pañuelos descartables para algún duelo que no haré nunca.
Hay, en mi vida desordenada, visitas que no vinieron, visitas que no se van y otras que espero, pero no saben dónde vivo y tampoco que las observo deambular por calles preguntando por mí y mi paradero.
Mi vida es un ordenado desorden de errores y de aciertos, cronométricamente ensayada y actuada con diferentes voces y acentos.
No sé bien cuándo nací ni cuantos años llevo.
Dice mi madre que en otoño.
Mi cumpleaños pasó y perdí la cuenta.
¿A qué edad se olvida uno de los festejos?
En esta tarde gris y helada me puse a cantar y a poner orden. Hay mucho por guardar y estantes nuevos.
Lo bueno es que todo está muy limpio… Solo hay que buscarle un sitio a cada cosa y encontrarla a mano en su momento. Tengo la vida desordenada.
Desperté a la vida llorando por pena ninguna y, después de un rosario de penas, me iré sonriendo.
Hermoso Anushka ?? gracias por compartir tu talento ??
Aniushka felicitaciones por tu escrito y gran talento. Espero seguir leyéndote.
Pareciera fácil llevar a cuestas una vida desordenada, pero no, a veces así me siento.
Gracias y falicitaciones, Anushka. ??
Recibe mi abrazo hasta donde te encuentres.
Hola Aniuska, tu escrito es hermoso, me siento identificada en esas letras, un abrazo