Te recuerdo y me dan ganas de volver a ti.
Todos esos planes,
todas esas cosas que queríamos hacer,
se esfumaron más rápido de lo que algún día pensé.
Te recuerdo y me dan ganas de estar junto a ti,
porque fuiste mi lugar seguro sin fin,
y sigo enamorada de ti.
Y estoy luchando,
luchando por no volver a ti,
por recapacitar y vivir para mí,
para no quitarle importancia a todo lo que sufrí,
viviendo junto a ti.
Contigo descubrí lo que era un «amigo de verdad»,
que podía enamorarme de nuestra amistad,
y aunque me doliera estar ahí,
ese era el lugar donde quería estar,
en el que realmente quería…
Ya no quiero.
Ahora, ya no.
El tiempo me hizo darme cuenta
de que lo correcto era alejarme de ti,
dejar de sufrir contigo y por ti.
Y fue tan hermoso todo:
mis lágrimas y mis risas,
mi sufrimiento y felicidad;
no lo cambiaría por nada,
porque me hizo reflexionar,
crecer, amar.
Me despido de ti,
porque fuiste lo que necesitaba,
pero no eres lo que necesito.