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EL OLVIDO

Roberto Enríquez Izquierdo

 

Galáctico

 Con pasos tranquilos y sintéticos,

pasos que transportan a otros mundos

construidos con retazos de mis sueños.

Moldeo, a tres manos, nuestro universo

de cantos de aves con voz de arcilla

y de arcoíris con alegría tallados.

Pura era la luna en la ligera noche fría,

albo su resplandor cual mística rosa.

El espacio hacía gala de sus estrellas

y el universo estalló en mis pupilas.

Siento tu corazón junto al mío

en competencia, en velocidad infinita,

en un viaje a las estrellas de otras noches.

Abrázame como nunca lo has hecho

y convierte, en canción la travesía.

 

 

Sol y Luna

Déjame vivir en tus ojos,

acariciar tus suaves manos

y quedarme en tu mirada.

 

Deja que viva a tu lado

Juntito a tu cuerpo,

cerca a tu perfume.

 

Deja que sueñe en tus noches

En tu tierna almohada,

al calor de tu lecho.

 

Déjame ser la fresca brisa

que acompañe tu sonrisa

porque eres mi tierna luna;

también, mi sol de alegría.

 

 

El olvido

Hoy me di cuenta que llevo

mil derrotas en mi alma,

que se deslizan suavemente

entre la oscura noche del olvido

a golpear la puerta de mis recuerdos,

así como los besos de la lluvia

golpean las hojas de los árboles.

 

Miro nubes derrotadas por el sol,

escucho su diálogo con el trueno

y veo la tarde olvidando la dorada luz.

Mi reloj murmura sobre su partida,

cabizbajo se ve mi sufrimiento

le da pena expresarse ante el destino

porque hay luto en mí, por su ausencia.

 

Sus suaves manos cual caricia de lirio

que guardaban un oasis de alegría

y el sabor a dulces gotas de ternura,

viajaron dejando espinas en mis lágrimas.

Ahora solo quiero dormir profundamente

levantarme y con ansias volver a dormir,

dormir y callar para mirarte en mis sueños.

 

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