Mi luna
Y como lo manifestó, se marcha, está vez para siempre, a pesar de todos los pensamientos que había mantenido de hacerlo en tiempos de antaño. Se acabaron las lunas menguantes, esas que solo tienen una chispa de esperanza.
(Maicao, Colombia. 2004). Le apasiona la poesía y los deportes. Su mayor deseo es conmover al mundo con su arte. Hijo de Luis Diaz (Trabajador Social) y Juana Polo (Contadora Pública). Segundo de tres hermanos. Estudia en la Institución Educativa Núm. 11 Sede El Carmen, Grado decimo.
Y como lo manifestó, se marcha, está vez para siempre, a pesar de todos los pensamientos que había mantenido de hacerlo en tiempos de antaño. Se acabaron las lunas menguantes, esas que solo tienen una chispa de esperanza.
En una vida condenada no lo piensa bien, y hace una mala jugada con razón, activa su determinación una mala jugada y puedes perder a tu dama sin más opciones, el miedo lo gobierna y no asemeja reinar sin su reina no importa el resultado, si Victoria se murió…
Ocho sentía el pasillo eterno, e incluso veía como las paredes se alargaban drásticamente frente a él. Quizá el alcohol empezaba a hacer efecto, pero solo había tomado whisky con su amiga Mónica.
Mientras por dentro mueres de pavor, negándolo todo y conservando tu “honor”. Es lo que te queda, aparte del licor, ella feliz con otro y tu lleno de rencor…
Es sensacional esa condición; a pesar de ser mi imaginación,
no imagino un número mayor al valor que tienes en mi corazón.
Un laberinto sin salida; donde se perjudica la salud y la vida, Oscuro, solo y con una sonrisa de mentira.
Pero que no se note, porque te presionan como llores.
Sientes un fuerte vacío y, no puedes imaginarlo.