A Policarpa Salavarrieta

Es un gusto trazar estas líneas recordando todas las cosas qué hicieron de ti una mujer líder. Me sorprende ver cómo lograste dejar una huella en el mundo, sin pretender otra cosa que la libertad de su patria, de mi patria. Quisiera a veces que existiera una academia o una universidad que nos enseñara a ser dueñas de nosotras mismas, ya que por nuestra cuenta no lo hicimos. Es triste ver como en estos tiempos, más de 200 años después de tu muerte, nos empecinamos en una guerra que no es contra los opresores ni contra el gobierno corrupto, sino contra nosotras mismas. Madres contra madres, hijas contra hijas, hijas contra madres, en un maldito círculo vicioso que no nos ha dejado ver la grandeza que llevamos dentro y el poder natural de conquistar el mundo con nuestro encanto. Nos revelamos contra el sistema, pero entre nosotras mismas lanzamos injurias, muchas veces a la espalda porque no tenemos el coraje de decir las cosas de frente.

Quisiera Pola, que estuvieras en este tiempo para que muchas mujeres que se desvanecen ante las cosas materiales, vieran lo sencilla que fue tu vida y lo grande que fue tu espíritu. Sin duda alguna mi querida Pola, sentirías vergüenza de ver como tus compatriotas menosprecian su ser y su feminidad por otros tantos de cabezas huecas con cerebro primitivo. Dios y la patria te bendigan siempre Pola y perdónanos porque no hemos sabido sacar la Pola que llevamos dentro.