Noche de luto
La noche solloza sus muertos en el silencio sombrío del dolor se arropa la luna, detrás una lágrima en un costado de la montaña que ya se había vestido de luto…
(Pasto, Colombia). Poeta, narrador y dramaturgo. Licenciado en Arte Dramático Univalle. Ha escrito: Borrascas, Almas de Papel, Llanto de Invierno, Mariposas Andinas, Sueños Dormidos, El Pintor Final, entre otros.
La noche solloza sus muertos en el silencio sombrío del dolor se arropa la luna, detrás una lágrima en un costado de la montaña que ya se había vestido de luto…
Cuando la puerta se abrió, la libertad no apareció enmascarados rostros cubrieron mis ojos en una carroza fúnebre recorría noche como si buscaran un campo santo para abandonar mi cuerpo que parecía no querer morir.
Mis pensamientos divagan en el filo de un barrote camina sonámbula la libertad en el frío patio iracunda como una fiera herida amarrada a sus memorias.
Brillan los ojos de Bolívar en los pueblos libres el eco de tu voz deambula en el camino del inca tu imagen se dibuja como nuevo símbolo rebelde donde no podemos echar atrás la libertad marchada.
Se vierten las madres por los hijos perdidos como una magdalena en un campo santo o como una torcaza en su nido vacío donde huyen las palomas blancas que se hicieron buitres por hambre y poder.
La guerra vulnera el candor del concierto nativo de la selva Inventa tumbas en las trincheras para que no se pierdan los muertos
Mezquinos alaridos de piedad buscaron a Dios perdido reclaman caridad y consuelo ruegan amor y no de matrona de justicia aunque sea divina…
La guerra abortó manojos de odios dispersó enjambres de quimeras en ahogadas mentes humanas que no saben cuándo ni dónde dejaron de ser los que fueron para ser mercenarios a crédito.
Afligidas letanías cantan en los cielos
mezcladas con los indiferentes vientos, sumergidos en la trinchera de la muerte donde solo habitan los cuervos…
¿Qué clase de poesía es esa que no salva a los pueblos y a las naciones?, se preguntaba el poeta polaco Czoslab Milosz, y se rebelaba contra aquellos poetas que escribían una trama de falsedades oficiales, una cancioncilla de borrachos que pronto cortaran la cabeza.