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Abel Rivera García

(Santa Marta, Colombia. 1953). Con ancestros maternos García Parodi, de Fonseca, La Guajira y paternos de Tenerife, Magdalena, es Ingeniero Pesquero de profesión y Especializado en Ciencias Ambientales.  Ha publicado: Poemarios RIVERAS EN VERSOS (2017), PERFUMES DE LA SELVA (2018). Antologías:  “Puentes de Agua” del compilador Rafael Darío Jiménez, Poética del Caribe “Hilando esperanzas”, Revista Poética AZAHAR (España). Reconocimientos: 1er Puesto Concurso Internacional de Poesía de Argentina (2017). Exaltación por los logros literarios de la Universidad del Magdalena. Actualmente funge como Director Nacional de Interés Ecológico para Colombia de la Unión Mundial de Escritores por la Cultura, la Ecología y la Paz.

El cofre de mi alma

Esta vez fue un encuentro casual mientras paseaba en el malecón. Al verla de dicha saltó mi corazón que ante ella se emociona igual. Tendida bajo playeros parasoles, como la bella diosa Artemisa, ella recarga su alma con las brisas, los calores y las luces de arreboles.

Ella es mi consuelo y mi farol

Esta vez fue un encuentro casual mientras paseaba en el malecón. Al verla de dicha saltó mi corazón que ante ella se emociona igual. Tendida bajo playeros parasoles, como la bella diosa Artemisa, ella recarga su alma con las brisas, los calores y las luces de arreboles.

Las flores de mi otoño

He abonado mi vida con luces y mil colores y plantado en ella tantas perfumadas flores para luego enamorarlas y alegrar sus corazones.
Con estas alas cortas, triste me pregunto: ¿Cuántas flores bellas adornaron mi jardín?

Melancolía matinal

Ansioso por verte, hermosa mía, su luz entra por la ventana de tu alcoba y con sus rayos de alborada acaricia tu faz; y al verte, se alegra la mañana
para que el sinsonte, maestro cantor…

Perfume de rosas

¡Sabe Dios, a cuantos ha enfermado! en su curso vial improvisado, ya que muchos lo han bebido y respira.

Perfume de azucena

¿Dónde no existe un andén cómo es posible que haya en nuestra ciudad amada una señal de parada, y de abordaje también?

Perfumes de la selva

Proscribiría por siempre las noches de los días; y en su lugar, de la crepuscular tarde te haría,
una cascada de encendidos arreboles