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- Michela Zanarella

(Cittadella, Italia. 1980). Vive y trabaja en Roma. Ha publicado las siguientes colecciones de poesía: Credo (2006), Risvegli (2008), Vita, infinito, paradisi (2009), Sensualità (2011), Meditazioni al femminile (2012) «traducida y publicada también en Estados Unidos “Meditations in the Feminine” (2018)», L'estetica dell'oltre (2013), Le identità del cielo (2013), Tragicamente rosso (2015), Le parole accanto (2017), L’esigenza del silenzio (2018), L’istinto altrove (2019). En Rumanía, la colección Imensele coincidenţe (2015). Autora de libros de ficción y textos para el teatro. Periodista del Italiano Magazine y Laici.it. Coautora de la novela de Federico Moccia "La ragazza di Roma Nord" publicada por SEM. Premio a la Creatividad en el Premio Internacional Naji Naaman 2016. Embajadora de la cultura, representa a Italia en el Líbano para la Fundación Naji Naaman. Locutora de Radio Doppio Zero. Miembro correspondiente de la Academia Cosentina, fundada en 1511. Colabora con EuroMed University en las relaciones internacionales. Líder italiano de la Fundación Anna Lindh (ALF). Presidente honorario de la Enciclopedia Poética WikiPoesía.

El tiempo de las rosas

La ventana celebra el tiempo de las rosas. Blancos pétalos juegan al sentido de la vida como una estación a perseguir el verde que madura.

La noche te cuida y te ama

La oscuridad que te dieron algunas estrellas para poder tolerar la vida sigue llorando en tus huesos. El delirio vive eterno en tu lugar, te impidió recordar la paz en los ojos.

Este mar

Este mar que apoya el azul sobre el sonido mudo de una roca, como un laberinto de sal que goza de la vida conociéndose a sí mismo todavía espuma: infinito que se adensa.

Solo tú generas vida

Solo tú generas vida mujer en el cuerpo te vuelves igual a la tierra quien te invade con violencia y te hiere no sabe que se está pisoteando incluso a sí mismo cuanta fuerza te queda eterna…

La voz del cosmos

No pide razones el dolor o la magia de existir. En cada aliento con vísceras descalzas la voz del cosmos sabeque estamos en medio sembrando otra humanidad.

Se conmovió incluso el aire

De la noche te enamoras como de la muerte a las cinco de la tarde en el silencio que induce crepúsculos en el alma como frágiles expectativas capaces de consolar el encanto de las rosas entre los olivos resecos.

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