Saltar al contenido

Oquedad

Una luz que se filtraba por debajo de la puerta cortaba la penumbra de la habitación. La curiosidad le hizo seguir el filo de la refulgencia. Volteó el picaporte empujando hacia el interior.

Nostalgia de ti

Inaudible, quejumbroso, retumba el canto de Hades, guitarra fúnebre, libre y desprovista de la alegría que solía tener tu sonrisa, usurpadora, melancólica, extraviada suena tu voz, voz envejecida, labios ajados…

Diario

Allí en la plazuela, de frente al santuario, leyendo un diario, hoja por hoja, pasaban las palabras por sus manos arrugadas y con las palabras, fotos estrujadas entraban en su mirada, en su respiro profundo.

Corazón

¿Recuerdas que te lo dije aquel día? Sí, cuando en el jardín saltaste como una rana porque habíamos tenido respuesta a unos mensajes, tan obsoletos ya que ni recuerdo qué expresaban.

Mojado

Caminó hacia mí y apostó su rostro cerca del mío. Junté mis manos detrás de la espalda esperando lo peor. Al acercarse sentí su alcanfor más penetrante que nunca.

Quimera

La guerra abortó manojos de odios dispersó enjambres de quimeras en ahogadas mentes humanas que no saben cuándo ni dónde dejaron de ser los que fueron para ser mercenarios a crédito.

Mi mejor poema

Que rimara con el acorde del viento y con la melodía del mar. Qué con pronunciarlo me hiciera sentir en la piel, el sol y la niebla al mismo tiempo. Un poema solo, sin aplausos ni escenarios.

Al mal tiempo

Se habla de la vida y de la muerte:
De impunidad y sacrificio, del que sueña y emprende, del soldado y el campesino. Se murmura de temblores y guerras, del exilio y la condena, ¡Del rico y del pobre!