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Poesía

Entre piedra y agua

La vida late —sí— con sus símbolos de barro, con sus plegarias de resignación. Somos tránsito entre piedra y agua, ni mármol ni estatua: apenas niebla
con la esperanza antigua de que otro mundo nos aguarda.

Celeste, hada de papel

Aquella hada encargada del equilibrio en el mundo. Madre de todos los lagos y dueña de los profundos sonidos del mar. Madre de la abundancia.

Mi tristeza

Se limita mi horizonte y mi sentido pierde la razón, esperando lo que no llega mientras se desangra mi corazón.

El cielo raso

Quedo inmóvil en las carencias del cuerpo, a pesar de que un íntimo deambular transforma en polen mis pensamientos.

Poeta

Allí dejó correr, bajo el puente sonoro del río Chicú, sus letras que fluyeron en medio de la sabana; amplió su grito a otras tierras sin olvidar su terruño…

Heridas invisibles

La vida me iba desangrando, pero sin ruido, como un reloj al que nadie le presta atención hasta que deja de marcar la hora.
Me dolían las cosas que no duelen: los buenos recuerdos que te arrancan de golpe, los abrazos que no dieron, las palabras que se atragantan y nunca encuentran salida.

Tu líder

Atrás estuvo su existencia primorosa y su imponente orgullo esgrimió su legado contando muertos de madres olvidadas y desarrapadas…

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